Educación especial en el contexto actual

Dentro del entorno educativo se nos pueden presentar una serie de retos y circunstancias que pueden hacer que el proceso de enseñanza sea más desafiante. Un ejemplo clásico vendría dado cuando tratamos con personas con algún tipo de discapacidad cognitiva o intelectual, ya que esto requiere que las técnicas utilizadas con los mismos sean un poco distintas a las de la media y se adapten a cada una de sus necesidades específicas. Antes de entrar en el tema que nos aboca, primero tendríamos que describir a que se le conoce como discapacidad intelectual.

¿A qué nos referimos con discapacidad intelectual?

Cuando hablamos de discapacidad intelectual hacemos referencia a todos aquellos individuos que presentan una serie de limitaciones en las habilidades que ayudan a una persona a desarrollarse dentro de su propio entorno, dando así respuestas efectivas a distintos ambientes, personas y situaciones. Estas personas suelen presentar cierto tipo de luchas para adaptarse en su contexto, en condiciones “esperadas” (las cuales son determinadas por la sociedad) para una edad particular, y esas mismas luchas nacen de limitaciones que puedan presentar en su capacidad cognitiva.

Ahora, ¿cómo los profesionales de la educación enfrentan este desafío? Es indudable el hecho de que las técnicas que se utilizan con personas que tengan una capacidad cognitiva promedio, no pueden ser iguales a aquellas usadas en individuos que presentan un déficit en las mismas. Este conjunto de nuevas técnicas o métodos utilizados por los educadores, para ayudar a dichas personas a tener una educación de calidad y poder desarrollarse en sociedad como seres productivos y autónomos, es lo que no conocemos como Educación Especial. Pero. ¿Qué es la educación especial? Vamos a detallar un poco a continuación.

Hablemos de Educación Especial

Se conoce como Educación Especial a la variedad de servicios ofrecidos en el entorno educativo, los cuales tienen un enfoque personalizado, que dependen intrínsecamente del sujeto con el que se esté tratando. Está destinada principalmente a alumnos que tengan necesidades educativas especiales, vengan dadas por sobredotación intelectual o por el contrario, por discapacidades de carácter físico, psíquico o sensorial. La educación especial tiene como medio principal compensar todas estas carencias, ya sea en centros educativos particulares o en centros de enseñanza ordinaria.

Con esto, entendemos que la educación especial quiere servir con un canal de apoyo para la educación regular, ya que al estudiar todos los procesos de aprendizaje/enseñanza permite definir los apoyos especiales y necesarios para cada alumno. Siempre buscando el mayor nivel de desarrollo social y personal de cada uno.

Es importante señalar que la educación especial no busca separar al alumno de su entorno regular de clases, sino crear técnicas que permitan que el individuo se desarrolle en un entorno de clases regular, sin descuidar los detalles particulares que deben tomarse en cuenta para cubrir esa carencia que pueda presentar.

Dependiendo del grado de discapacidad que pueda presentar un alumno, se podrá requerir que estos pasen la mayor parte de su tiempo en aulas de educación general, y que pasen pocas horas al día en salas de recursos trabajando con un especialista en la materia o que, por otro lado, deban asistir a una escuela especializada en niños con discapacidades de aprendizaje. Para esto es importante conocer los tipos discapacidad intelectual, los cuales se determinan estudiando la capacidad cognitiva de cada persona mediante Los Test de Inteligencia, los cuales representan una escala de puntuación que se basa entre la edad cronológica y la edad mental. Por supuesto, dichos datos se relacionan con la capacidad cognitiva poblacional, lo cual sería el Coeficiente Intelectual Medio, el cual se sitúa entre 85 y 115. Cuando los resultados se desvían de esa media, estamos en presencia de algún tipo de discapacidad intelectual. Conozcamos algunos de ellos:

  • Inteligencia o Capacidad Intelectual Límite:

Hace referencia a un grupo de la población que tiene un coeficiente cercano al promedio, entre 70 y 85. Es difícil diagnosticarlos ya que al estar tan cerca del límite establecido, estos individuos suelen pasar desapercibidos en un primer examen, sobre todo si se desarrollan en entornos que no presentan grandes exigencias. Este tipo de personas puede presentar algunas limitaciones educativas, personales, laborales y sociales, pero pueden alcanzar su pleno desarrollo si cuentan con apoyos adecuados que les permitan corregir esas carencias y alcanzar su máximo potencial.

  • Discapacidad Intelectual Ligera o Leve: Se sitúa en un coeficiente entre 55 y 70. Las características que presentan estas personas son bastante similares a aquellas de individuos con Inteligencia Límite, diferenciándose solamente en que los apoyos que deben tener estos alumnos deben ser un poco más intensos y especializados.
  • Discapacidad Intelectual Moderada: Cualquier alumno con este tipo tiene un CI entre 35 y 50. Los problemas que pueden presentar son mayores, pero aún se puede ser capaz de lograr un alto grado de autonomía en el desplazamiento y cuidado personal. Este tipo de personas pueden ser responsables de sus decisiones y tener una buena vida social, pero deben contar con múltiples ayudas en un periodo de aprendizaje más prolongado.
  • Discapacidad Intelectual Grave: Con un CI situado entre el 20 y 35 este grupo necesita de apoyos más específicos y continuos con muchas supervisiones y ayuda. A pesar de que si pueden adquirir ciertas habilidades con el paso del tiempo, deberán contar con apoyo constante por gran parte de su vida.
  • Discapacidad Intelectual Profunda: Se considera el grado más alto en la discapacidad cognitiva, y también suele ser el menos frecuente. Este grupo presenta un CI inferior al 20 y a pesar del apoyo que se le pueda prestar, tiene limitaciones importantes en cuanto a su autonomía y desarrollo vital, por lo que tienen una gran dependencia para ejecutar la mayoría de actividades en la vida cotidiana.

Ahora bien, generalmente la educación especial sitúa sus esfuerzos en crear técnicas que ayuden al desarrollo de alumnos con discapacidad de los primeros 4 tipos. Así mismo, a pesar de que se cataloga como una educación paralela a la regular, en la actualidad, con las reformas y culturas acerca de la integración escolar, ha podido desarrollarse de forma más extensa y da pie a lo que se conoce como “educación inclusiva”:

¿Qué es la educación inclusiva?

En un sentido, podemos decir que la educación inclusiva es la evolución de la educación especial. En ese mismo orden, la educación inclusiva pretende establecer un modelo en el cual se preste atender las necesidades de niños, jóvenes y adultos, pero prestando cuidadosa atención a aquellos que pueden ser vulnerables a la exclusión social.

En este mismo proceso se responde a todas las necesidades que se relacionan con la discapacidad y el ambiente de cada alumno, pero no las hace excluyentes, sino que señala que las escuelas deben reconocer y actuar respecto a las necesidades particulares de todos los estudiantes sin distinguir, raza, condición social, cultural o la misma fe.

En la actualidad, es importante este clima de inclusión ya que de acuerdo a lo establecido en la ley, las escuelas deben ser capaces de ofrecer un ambiente menos restrictivo para aquellos alumnos que presenten necesidades especiales. Esto implica que la mayor parte de su tiempo en los centros de enseñanza, deben estar rodeados o compartiendo con compañeros que no necesariamente estén en un programa de educación especial. La separación exclusiva de estos alumnos sólo debe ocurrir si el mismo presenta una discapacidad severa, que le impida recibir una educación adecuada, por limitaciones con su condición.

Por otro lado, los principios que regulan este tipo de educación, cambian según la legislación y las normas de cada país. En el caso de España se han hecho importantes avances en el campo de la educación especial desde la promulgación de la Ley Orgánica de Educación (LOE) de 3 de mayo de 2006, la cual en el Título II dedica todo un espacio a la equidad en la Educación. Su capítulo I está dirigido a todos los alumnos con necesidades específicas de apoyo, considerando en ese grupo a 3 colectivos principales: Alumnos con integración tardía en el sistema educativo, alumnos con necesidades educativas especiales y alumnos con altas capacidades intelectuales.

  1. Primer grupo-Alumnos con integración tardía:

Se refiere a todos aquellos alumnos que al provenir de otros países o por cualquier otro tipo de razón, se integran de forma tardía al sistema educativo español. En este caso, es la administración educativa la que debe buscar solventar las dificultades que pueda tener el alumno por no conocer el lenguaje y facilitar a su vez su integración en el colectivo. Se toma en cuenta la edad, conocimientos e historial académico para poder escolarizarlos en el curso que sea más adecuado a sus capacidades.

  1. Segundo grupo- alumnos con necesidades educativas especiales:

Son todos aquellos que presentan algún tipo de discapacidad intelectual (como mencionamos anteriormente) o que tienen algún trastorno severo de la conducta y que necesitan atenciones específicas adecuadas a cada caso, las cuales pueden llegar a ser por un corto periodo de tiempo o durante toda su carrera escolar. Como ya se ha expuesto, sólo deberán ser escolarizados en centros de atención especial en el caso de que su discapacidad no pueda ser atendida en centros educativos ordinarios.

  1. Tercer grupo- alumnos con altas capacidades intelectuales:

Representan a todos aquellos alumnos superdotados, talentosos, que tienen capacidades intelectuales superiores a la media o habilidades específicas con un rendimiento más alto. Se pretende que en este grupo se les permita flexibilizar ciertas etapas de su sistema educativo, ubicándolos en cursos que se adapten a sus capacidades, con tal de que alcancen su máximo potencial.